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Cúpula de Brunelleschi

La cúpula de Brunelleschi es la obra más representativa de Florencia. Un monumento dentro de un monumento. Un hito arquitectónico que desafió a las reglas y limitaciones de la época y que, además, resultaría de una belleza jamás vista. Así Brunelleschi, uno de los grandes artistas de Florencia, regalaba a su ciudad no sólo la finalización de su Catedral de Florencia sino la repercusión y la grandeza de contar con una de las mayores construcciones realizadas por el hombre.

Inconfundible desde cualquier punto de Florencia, la cúpula de Brunelleschi corona el cielo de la capital Toscana y enamora al mundo desde el año 1436. La cúpula más grande del mundo.

El punto más alto de Florencia

Decir que la cúpula corona el cielo de Florencia no es un decir. Sí, se podría decir de manera romántica que es la reina del cielo florentino, porque lo es… pero también es cierto que ningún edificio la supera en altura.

Vistas desde la Cúpula de Brunelleschi

En total, la cúpula de Brunelleschi se alza hasta alcanzar los 114 metros de altura. La cúpula en sí, sin contar la altura que le da la estructura de la catedral, tiene la friolera de 34 metros de altura. Además de tener 45,5 metros de ancho (55 metros si contamos también el muro). Un auténtico monstruo que ya en nuestros días cuesta imaginar que se sostenga por sí misma. Sólo un genio como Brunelleschi fue capaz de llevar algo así a cabo.

Para que ninguna otra construcción quitase protagonismo a la cúpula y a la catedral, una vez finalizada la cúpula en Florencia se creó una ley muy especial. Esta ley ordenaba que ningún edificio en el futuro podría superar la altura de la Catedral de Florencia con su cúpula. Así, Florencia se aseguraba mantener una estética y una belleza en sus líneas que eran la envidia de Italia y Europa.

Hoy, viajando a Florencia, podemos apreciar este skyline que después de siglos ha cambiado mucho. Pero no en una cosa: nada supera a la cúpula de Brunelleschi.

Cúpula de la Catedral de Florencia

La importancia que tiene esta obra maestra para nosotros no puede ni compararse ni con la que tuvo en su día. Pues la capital de la Toscana estaba, en pleno siglo XV, inmiscuida en el mayor proyecto de su historia: la construcción de su catedral.

Para Florencia, en la época pasar de no tener catedral a tener una que era uno de los edificios más bellos de toda Italia fue un salto tremendo. Y la cúpula de la Catedral de Florencia, que superaba toda expectativa y limitación creativa, puso a Florencia en el centro de la atención de todos los artistas y personajes influyentes.

Con obras de este calibre y maestros como Brunelleschi, Ghiberti o Donatello trabajando en la ciudad, todo estaba listo para que Florencia se convirtiera en la capital del arte en occidente. El Renacimiento.

Decoración de la cúpula

La cúpula no es solamente una genialidad por fuera, también lo es en su interior. Con su inmensidad también, lógicamente, dentro, frescos de inmensurable belleza la decoran en su totalidad. Estos frescos fueron realizados un siglo después de la finalización de la cúpula. Ya en el tardo Renacimiento, entre el 1572 y el 1579, Giorgio Vasari y Franco Zuccari decoraron el interior de la cúpula con un espectacular fresco sobre el Juicio Universal. Pinturas que se inspiraron en las que decoran el Battistero di San Giovanni, en la Plaza del Duomo.

La pintura obra de Vasari y Zuccari no sólo es impresionante por su belleza sino que se trata de la pintura mural más grande del mundo.

La Cupula de la Catedral de Florencia

La técnica innovadora de Brunelleschi

Brunelleschi utilizó una técnica innovadora para construir la cúpula de la catedral. El maestro no se ayudó de apoyos o soportes de piedra o madera como se hacía siempre para este tipo de obras. Más para una tan enorme.

La cúpula sería construida de forma que ella misma se autosostendría a medida que se fuera construyendo. Algo que dejó impresionados a todos los coetáneos de Filippo Brunelleschi.

Leon Battista Alberti, también excelente arquitecto de la época de Brunelleschi, pudo ver la obra crearse y finalizarse. En su libro ‘De Pictura’ recalcaría la grandeza de su construcción, preguntándose cómo alguien no podría admirar a Brunelleschi por ella, ya que creó ‘’una estructura tan grande, erigida sobre el cielo, amplia hasta cubrir con su sombra todos los pueblos toscanos, hecha sin la ayuda de soportes ni estructuras de madera, lo que yo creía imposible’’.

Precedentes de la Cúpula de Brunelleschi

¿Cómo pudo Brunelleschi llegar a semejante idea? ¿Cómo pudo construir la cúpula más grande jamás construida y crear él mismo el método para hacerlo? En realidad, todo esto es correcto. La grandeza de Filippo fue tal que fue capaz de idear por sí mismo la forma de crear la cúpula más grande jamás vista.

Pero es cierto que Brunelleschi pudo tener y apreciar en persona una importante referencia: el Panteón de Roma. El Panteón es, aun a día de hoy, la cúpula construida con material no armado más grande del mundo. Teniendo en cuenta que tiene 2000 años, es una obra maestra quizás aun mayor que la del propio Brunelleschi. El genio trabajó y pasó un periodo de su vida en Roma estudiando el arte y la arquitectura antiguas. Sin duda, el artista florentino estudió la arquitectura del Panteón buscando una respuesta a la misión imposible que parecía realizar la cúpula de la catedral de Florencia.

La leyenda del Brunelleschi, el huevo y la cúpula

Cuando las obras de la Catedral de Florencia estuvieron lo suficientemente avanzadas y llegó el momento de construir la cúpula, la ciudad de Florencia llamó a Brunelleschi para encargarle su construcción. El arquitecto, según Giorgio Vasari (escritor de su biografía), se habría fingido desinteresado e incapaz, aconsejando a Florencia que organizara sacara el proyecto a concurso. Un concurso abierto a toda Europa, pues un trabajo así sólo estaría al alcance de un genio.

Vasari nos cuenta que Brunelleschi en realidad planeaba todo esto a propósito. Él estaba ya en Roma desde hacía tiempo para estudiar cómo llevar a cabo la cúpula, esperando recibir el encargo. Y también se sabía el único capaz de llevarlo a cabo. Filippo, de gran carisma… quería espectáculo.

A Florencia llegaron los mejores arquitectos de toda Europa, pero ninguno consiguió demostrar que sería capaz de construir semejante cúpula. O, mejor dicho, ninguno fue capaz de convencer a los jueces, que seguían indecisos luego de meses de consultas.

Fue entonces cuando Brunelleschi se presentó ante todos los postulantes y los jueces y propone un acertijo. Diciendo a todos que el que consiga hacer mantener en pie, en equilibrio, un huevo sobre una mesa de madera, será lo suficientemente ingenioso como para resolver el reto de la construcción de la cúpula.

Los jueces aceptan pero ninguno lo consigue. En ese momento, Brunelleschi coge el huevo, lo rompe en su base con suavidad y hace que se tenga en pie sobre la mesa. Y dice ante todos: ‘’a veces las soluciones sencillas son las mejores. Como mi proyecto para la cúpula, por eso seré capaz de hacerlo’’. Y, de esta manera, Brunelleschi se hace con el encargo.

Miguel Ángel y la Cúpula de Brunelleschi

Cuando se finalizó la cúpula que, por cierto, Brunelleschi no pudo ver finalizada al fallecer antes del fin de los trabajos, se planteó otro proyecto. De nuevo, se sacó a concurso el proyecto para decorar el exterior de la cúpula. Un trabajo para el que se interesó el mismísimo Miguel Ángel. El legendario Michelangelo presentó su propuesta, pero sorprendentemente no fue el vencedor.

El ganador fue el arquitecto Baccio d’Agnolo, con gran reputación en la ciudad de Florencia. Ya con las obras de su diseño en marcha, Baccio quería saber qué pensaban los florentinos y sus colegas de su idea y diseño.

La leyenda cuenta que, cuando le preguntaron a Miguel Ángel, el genio se paró a observar la maqueta en madera del proyecto de Baccio y, luego de una pausa, dijo: ‘’parece una jaula para grillos’’.

La opinión de Miguel Ángel no era la de cualquiera. De hecho, cuando llegó a oídos de Baccio, éste se desanimó tanto que no sólo abandonó los trabajos sino que dejó incluso Florencia. Dejando las obras sin terminar y tal como estaban en ese momento. Y así es como quedó la cúpula de Brunelleschi, sólamente con la zona del tambor decorada externamente.

Curiosamente, debemos agradecer a Miguel Ángel su comentario pues, de haber finalizado los trabajos, según algunos expertos es muy posible que la cúpula tuviera graves problemas y se hubiera venido a bajo por su excesivo peso.

Horarios de visita

Se puede acceder y visitar la cúpula de la Catedral de Florencia en los siguientes horarios:

Se admite un retraso o antelación de 5 minutos respecto al horario de la entrada y la estancia máxima permitida es de 45 minutos.

Entradas

El acceso y subida a la Cúpula de Brunelleschi está incluida en el Brunelleschi Pass, que se deben reservar online en la web oficial.

Tour de la Cúpula de Brunelleschi

La cúpula tiene un atractivo y relevancia tal que es muy habitual querer hacer una visita guiada a la misma para conocerla en profundidad. Nosotros estamos totalmente de acuerdo, merece muchísimo la pena hacer un tour de la Cúpula de Brunelleschi y conocer con un guía local una de las maravillas arquitectónicas del mundo y una de las obras cumbre del Renacimiento.

Os animamos a acompañarnos en nuestro tour de la cúpula de Brunelleschi para conocer juntos esta maravilla. Además, ¡las entradas están incluidas! Os esperamos EnFlorencia.

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