Es en la Florencia medieval cuando la historia de Florencia da un giro definitivo. La ciudad, tradicionalmente güelfa (defensora de la primacía del Papado frente al Imperio y sus partidarios gibelinos) se halla dividida, de todas formas, entre los que quieren mantener la independencia de la ciudad y los partidarios de unirse efectivamente a los Estados Pontificios del Papa con sede en Roma. Los famosos bandos de blancos (Dante era un güelfo blanco) y los negros. Partiendo de este contexto de rivalidad interna, la Florencia medieval acabaría siendo un territorio con gobierno propio y una de las potencias de Italia y del comercio mediterráneo.
Fin del Imperio Romano, inicio de la Florencia medieval
El Imperio Romano había caído y el Imperio Sacro Germánico dominaba el oeste de Europa bajo el mando de Carlomagno, que unió Florencia a su territorio. Mientras tanto, de la derrotada ciudad de Roma surgen los Estados Pontificios, con el Papa como máxima autoridad. Ahora Florencia se encuentra en medio de estas dos aguas turbulentas formando parte del partido güelfo en lucha con ciudades gibelinas como la vecina Pisa. Su población se enfrenta en un ambiente de gran tensión. Los llamados gibelinos defienden la supremacía de los intereses del emperador mientras los güelfos ven en el Papado un poder que no tiene que someterse a ninguno terrenal.
Ahora bien, los güelfos, en un momento dado, se dividen en blancos, entre los que se encuentra Dante Alighieri, partidarios de estar bajo la égida del Papa pero manteniendo su independencia ciudadana y los negros que quieren pasar a formar parte de los Estados Pontificios. En una de esas numerosas disputas internas en 1301 los blancos acaban desterrados. Dante nunca volvería a su amada Florencia.
De las luchas internas al dominio económico
Pese a las cicatrices de las luchas entre bandos, la Florencia medieval comenzó su nueva etapa como un territorio con gobierno propio. Florencia comenzó a crecer y a expandir sus fronteras con la adhesión de ciudades y pueblos colindantes. Su enorme actividad comercial supuso la aparición de riqueza entre muchas familias que aprovecharon la oportunidad de negocio. Destacaron sobre todo en el negocio de los bancos. La Florencia medieval más gloriosa era la Florencia de los banqueros, donde una familia en particular pasó por encima del resto: los Medici.
Poder económico, ambición artística
Con los bancos más importantes del Mediterráneo, familias ricas de comerciantes y una actividad comercial enorme, Florencia aceleró exponencialmente su desarrollo. Tanto que incluso comenzó a acuñar su moneda propia: el florín de oro. Una moneda que acabó siendo la principal del mercado mediterráneo.
La Florencia medieval parecía haber tocado techo y vivir su edad dorada. Sin embargo, las familias poderosas de la ciudad ambicionaban aún más. Iniciaron a construir palacios que querían decorar de las maneras más lujosas. De igual forma los hombres en el poder quisieron embellecer sus palacios y la ciudad con hermosos monumentos haciendo de la ciudad un recinto cultural como ningún otro en Occidente. Circunstancias ideales para cualquier artista. De hecho, los grandes artistas de la historia se mudarían a Florencia que se convertía así en el centro del arte mundial. Comenzaba el Renacimiento.
Una visita por la Florencia Medieval
Florencia conserva todavía parte del encanto de las ciudades medievales italianas: sus calles, torres y expléndidos edificios nos hablan de ese período de gloria. Con esta visita, os proponemos un viaje en el tiempo, una visita por la Florencia Medieval. Comenzaremos nuestro recorridido de esta visita por la Florencia Medieval por el que fue el centro religioso de la ciudad Medieval: la Plaza del Duomo. Allí encontramos el imponente complejo compuesto de Battistero di San Giovanni, Campanile de Giotto y la Catedral. El mejor inicio por un itinerario precioso. ¡Y seguimos!
El Barrio de Dante y la Plaza della Signoria

A continuación, pequeñas callejuelas nos llevarán al Barrio de Dante. Seguiremos los rastros del llamado “padre de la lengua italiana” visitando su iglesia y su casa, ahora Museo Casa di Dante. Otros dos expléndidos edificios medievales del barrio son Badia Fiorentina y el palacio del Bargello, donde se encuentra el Museo del Bargello. Veremos también el que fue el símbolo del poder político de la ciudad medieval. Se trata del monumental Palazzo Vecchio, sede del gobierno y de las magistraturas de la república florentina. En la misma plaza, la Plaza della Signoria, la Loggia dei Lanzi representa unos de los espacios escenográficos más sugestivos.
Florencia Medieval: una visita a los palacios florentinos
Nuestra siguiente parada será un lugar emblemático del período medieval, la bellísima iglesia de Orsanmichele. Templo de gran devoción para los gremios de la ciudad, los cuales embellecerán la iglesia convirtiéndola en el panteón de los florentinos. En su exterior todavía podemos ver las esculturas de los santos patrones de los gremios más importantes de Florencia.
Incluso en las inmediaciones de Orsanmichele numerosas callejuelas conservan el nombre del gremio que albergaban. Uno de los más relevantes era el de la lana. Su sede, el Palazzo Bartolini Salimbeni, se encuentra en frente de la iglesia.
El interior de otro palacio, el Palazzo Davanzati, es crucial para entender las duras condiciones de vida del período medieval en Florencia. Además, el edificio es un ejemplo muy interesante de arquitectura civil.
El final perfecto en el Ponte Vecchio
El final de nuestra visita por la Florencia medieval será en el puente más antiguo de la ciudad: el Ponte Vecchio. No sólo uno de los puentes más antiguos sino uno de los pocos habitados de todo el mundo. Un lugar que esconde miles de historias, también medievales. No sin motivo es el símbolo de Florencia.
Si quieres solicitar esta visita, escríbenos. Descubre así una Florencia diferente: la Florencia Medieval.